Terapia fascial instrumentada con ganchos
La Terapia fascial instrumentada con ganchos consiste en una técnica de terapia manual instrumental mediante el uso de ganchos para el tratamiento de alteraciones sensitivas, motoras y autonómicas del sistema miofascial, mediante la aplicación de un estímulo mecánico sobre el tejido, efectuado con el gancho.
El gancho en este caso se convierte en una prolongación de la mano del terapeuta y le permite alcanzar y tratar estructuras difícilmente abordables con las manos por su profundidad, localización o tamaño.
¿Pero qué es la fascia?
La fascia es una forma de tejido conectivo (formado en su mayoría por colágeno y elastina sumergidos en la sustancia fundamental), que tiene un recorrido continuo, envolviendo todas las estructuras somáticas y viscerales. Funcionalmente incluye las meninges (membranas que envuelven todo el sistema nervioso central).
Su continuidad no solo se enfoca a músculos, articulaciones y huesos, sino también a las cavidades torácica, abdominal y pélvica, dando soporte a las vísceras y formando una estructura de protección y conexión para los sistemas vascular, nervioso y linfático en todo el cuerpo. Es decir, la fascia organiza y separa pero también conecta todas las estructuras de nuestro cuerpo entre sí.
Ya hemos comentado algunas de sus funciones más importantes, como son las de:
- Protección: Absorción de impactos y amortiguación de las presiones.
- Conexión: Continuidad fascial mediante cadenas miofasciales.
- Soporte y suspensión
- Formación de los compartimentos corporales.
- Revestimiento
Otras de las funciones del sistema fascial son también:
- Mantenimiento del bombeo circulatorio de la sangre y la linfa.
- Ayuda en los procesos bioquímicos del cuerpo.
- Ayuda en la preservación de la temperatura corporal.
- Determina la forma de los músculos y el mantenimiento de su masa en una posición funcional óptima.
- Ayuda en el proceso de curación de las heridas (producción de colágeno).
Como vemos, la fascia adquiere mucha importancia; no es posible mantener un cuerpo saludable sin tener un sistema fascial saludable. Este sistema debe encontrarse en un equilibrio funcional, para asegurarle al cuerpo la relación óptima en sus funciones.
¿Pero qué ocurre cuando no es así? Lesiones del sistema fascial:
Muchas veces nos lesionamos sin darnos cuenta. No hace falta un golpe, una caída, una fractura… Mantener una postura inadecuada en las actividades de la vida diaria también origina un traumatismo en el sistema fascial. Una postura inadecuada mantenida durante horas y de forma repetitiva día tras día, origina lesiones por tracción prolongada que van cambiando gradualmente nuestro patrón de movimiento.
Este comportamiento postural genera restricciones en el sistema fascial, y con el tiempo los movimientos se vuelven dolorosos y la función queda limitada.
Otras causas que pueden provocar restricciones son las cicatrices (por cirugía, traumáticas…), biomecánicas (over-use), metabólicas (defecto de eliminación de las sustancias de deshecho).
Estas alteraciones pueden provocar:
- Desorganización en la orientación de las fibras.
- Formación de entrecruzamientos patológicos entre las fibras de colágeno con la
consiguiente disminución del movimiento. - Adherencias entre diferentes componentes como en los ligamentos, tendones y sus
envolturas fasciales. - Reducción de la fuerza tensil de ligamentos, tendones y músculos.
- Adherencias en las superficies cartilaginosas articulares.
- Erosión del cartílago y formación de osteofitos.
¿Cómo ayuda la terapia fascial instrumentada?
Con la terapia fascial instrumentada con ganchos, lo que pretendemos es flexibilizar y mejorar el deslizamiento del tejido fascial aplicando un estímulo mecánico sobre el tejido a través del gancho; disminuir las toxinas atrapadas por la deshidratación y favorecer la rehidratación del mismo, por lo que es importante que después del tratamiento, el paciente beba agua.
Modo de aplicación de la terapia fascial instrumentada
El gancho se aplica directamente sobre la piel; no es una técnica invasiva, pero como dijimos antes, nos permite tratar estructuras que son más difíciles de abordar con las manos, como por ejemplo músculos muy íntimamente relacionados o la movilización de tendones pequeños, como por ejemplo los de la musculatura del antebrazo, muñeca y mano. Esta técnica, aplica presiones lentas para conseguir la aceptación del colágeno y el movimiento fascial, ya que presiones rápidas producen un endurecimiento defensivo de dicho tejido.
Además para aplicarla de manera efectiva, hace falta un importante conocimiento anatómico, para tratar la estructura “diana”, es decir, el tejido sobre el cuál queremos aplicar realmente la técnica.
Existen diferentes tratamientos con los ganchos, así como distintos tipos de ganchos que a su vez varían en tamaño y curvatura, dependiendo de la zona del cuerpo donde queramos aplicar la técnica, para permitir una mejor adaptación.
La terapia fascial instrumentada con ganchos, puede complementarse perfectamente con otras técnicas como osteopatía, punción seca, ejercicio terapéutico, GDS, kinesiotape… Siendo lo ideal incluir esta técnica dentro de un tratamiento global adaptado siempre a las necesidades del paciente.
Bibliografía
- Andrzej Pilat. Terapias miofasciales: Inducción miofascial. Aspectos teóricos y aplicaciones clínicas. Ed. McGraw-Hill.
- Asociación Española de Fibrólisis Diacutánea. Fibrólisis Diacutánea [Web page]. AEFD
- web site. http://fibrolisisdiacutanea.es/es/fibrolisis-diacutanea.html. Accessed January 1, 2014.
- Barra M, López C, Fernández G, Murillo E, Villar E, Raya L. The immediate effects of diacutaneous fibrolysis on pain and mobility in patients suffering from painful shoulder: a randomized placebo-controlled pilot Study. Clinical Rehabilitation. 2011;25(4):339–48.
Autora: Susana Gómez García, Fisioterapeuta y profesora de Pilates en Pilates Lab.